En zonas diseñadas específicamente para el uso del coche, no es de extrañar que la gente eliga ir en coche. Y para trayectos largos mucha gente eligirá ir en coche, en autobús, en tren o en avión.

Sin embargo, el gran problema del coche como modo de transporte es la gran cantidad de gente que lo usa para trayectos cortos, lo que provoca atascos y contaminación atmosférica. Nadie se beneficia de ello (con la excepción de las compañias petrolíferas que se benefician de la premura de la gente para llegar a todas partes)

Sin embargo, cuando una ciudad o un pueblo se han diseñado para facilitar el desplazamiento en bicicleta, ésta se convierte en una elección obvia: es cómoda y adecuada para trayectos locales como ir al colegio o de compras.

En países como los Países Bajos o Dinamarca, donde se ha apostado por el ciclismo como medio de transporte, la gente elige ir en bici porque es seguro, adecuado y confortable – y los tiempos de trayecto son seguros ya que se evitan atascos. La gente de esos países pueden ir en coche siempre que quieran, pero como el ir en coche no es el único modo de transporte elegible, como en otros países, la gente opta por él con menos frecuencia.

Todo el mundo se beneficia de una mayor tasa de ciclistas – incluso aquellos que sí tienen que ir en coche, ya que tendrán menos posiblidad de quedarse atrapados en un atasco.