Si hace mucho frío, o llueve, o hace calor para ir en bici, entonces hace mucho frío, o llueve, o hace calor para salir a la calle. Cuando las calles están bien diseñadas, no se está más expuesto al clima cuando se pedalea que cuando se va a pie.

Los Países Bajos y Dinamarca experimentan inviernos muy fríos, pero una buena gestión de las incidencias meteorológicas, incluyendo la retirada de la nieve de las vías ciclistas principales, asegura que la bici sea un práctico modo de moverse para todos. Las personas también van en bici en ciudades expuestas a climas supuestamente adversos; por ejemplo, allí donde llueve, como puede ser Vitoria; donde hace calor, como es el caso de Sevilla; o donde hace frío, como ocurre en Zúrich, Winterthur y muchas ciudades ciclistas suizas.

Sí que puede haber ciertos lugares con condiciones extremas donde ir en bici se hace muy difícil. Pero en la mayor parte de los casos esto no es cierto y no hay justificación para no proporcionar un seguro y atractivo ambiente para ir en bici.